Explosiones Verbales: Interlocución Poética con el fantasma de Octavio Paz
Este texto es el prólogo de mi libro: El nuevo Siglo Me cambió Pantallas por tus ojos
Como si en mi pecho cabalgaran seis mil ejércitos de valquirias encendidas, así me entregué al fulgor de la reunión y corrección de este libro. Quería encontrar una manera de darle una mayor solidez literaria que la simple reunión de textos. Fue así que con esa magia de las coincidencias afortunadas -algoritmo, dirían algunos ingenuos - me topé con la aparentemente última entrevista de Octavio Paz.
“Lo que yo he querido hacer como escritor son obras, no simples explosiones verbales,sino obras con una estructura,con una intención, con una dirección”
Desde que escuché esas primeras palabras, algo se estremeció dentro de mí, y el destino literario de mi libro en proceso había encontrado su cauce: Darle una respuesta literaria al fantasma de Octavio Paz.
Escuché la entrevista completa en pleno disfrute poético, era una vibrante mañana del año 2015, mientras tomaba mi primer café e inmediatamente un vapor reflexivo puso a funcionar los mecanismos de mi mente. Fue necesario desviar los asuntos del día, apaciguar los potros de mi angustia y pensar en el tiempo irreal de la escritura fragmentaria.
¿Qué significa ser escritor en nuestro amado siglo de los hipervínculos? ¿Existirán en el futuro aquellos superdotados, capaces de engullir un tomo de quinientas páginas sentados en una silla? ¿Es la brevedad una moda o la catarsis de nuestra destilación literaria después de milenios ejerciendo el oficio?
“El poeta es un inventor de su propia existencia,
de su propia figura, de su propia imagen”
El olvido es inmediato pero también lo es la cresta de la ola. Así comprendí que he entregado mi cuerpo a la degradación paulatina, soltando un fraseo que el olvido arrastra a su tumba de bytes. Pero también asumí que la creación literaria es persistir esculpiendo con las palabras el aire y eso me pareció suficiente para seguir escribiendo emocionado.
“Da una idea de lo que soy yo, que intenta,
ha intentado e intentará siempre, ser un poeta”
Tomando en cuenta que el combustible de este Libro Uno está hecho de palabras nacidas directamente en la pantalla, su técnica radica en el tenso combate con el cursor. Siempre en atenta espera de la siguiente letra, palpitando con insistencia, increpando a mis musas por su liviandad. Es momento de hacer sonar tu eco bajo la euforia de la vía láctea, me digo cuando desde su artificialidad pregunta: ¿Qué estás pensando?
“Ahí les envío este cargamento de libracos,
a ver cuál de ellos naufraga y cuál de ellos sobrevive”
Así convertí mis simples explosiones verbales nacidas primordialmente en mi entonces muro activo de Facebook. Compases de inspiración que cobraban vida de otro modo, impulsadas por un misterio mayor al de las explicaciones racionales. Eran las huellas de mi cuerpo expuestas aquí como un camino, unidas por la belleza que ofrece este aparato místico del que somos devotos escritores y lectores, el libro.
Por eso integré estos seis canales metafóricos:
- Máscaras inauditas - Sobre los falsos rostros de los humanos
- Bestias Mágicas - Sobre la belleza que generan los humanos
- Pasadizos a la nada - Sobre la sensación de que la vida no vale nada
- Calle de los amargados - Sobre la furia de vivir en un mundo de palurdos
- Miel de la memoria - Sobre la aventura amorosa
- Utopías Calcinadas - Sobre aquello que se prometió y no fue
En cada uno de de ellos está la recreación de mi ciudad imaginaria con la materia prima de la explosión verbal. Así he decidido narrar el tiempo de este poeta cósmico en la tierra, para ti que has decidido leer mi libro, creado con mis brevedades acumuladas en mis cuadernos de apuntes públicos, la red social.
“La poesía es aquella parte secreta del alma de cada uno,
esa zona en la cual de alguna manera,
muy oscura y muy ambigua se perfila el futuro”
Hoy entiendo cómo se logra convertir algo que parece inconexo en su origen de destellos digitales, en una obra, ahora también impresa. Quienes lo lean quizás escojan alguna frase y la publiquen de nuevo en su hábitat de código HTML. Entonces el ciclo estará completo y el agua invisible retornará a su origen y ese al parecer es el destino de todo lo escrito.
“La marea del ser,
la sílaba olvidada del comienzo”
Creo que habrá lectores en todos los mundos donde exista la palabra, aunque cambien los soportes, las plataformas, los objetivos. Existirá siempre una curiosidad por entrar al cerebro de los muertos.
Por mi parte amanezco hoy en el futuro. Siento que he llegado tarde, quizás porque mi barba ya fue acariciada por el tiempo con sus dedos de plata. Y aunque percibo las avenidas de posibilidad en el porvenir, hay algo que no me deja convencido, que contradice las virtudes de todo progreso, pues en medio del fulgor de las tantas luces, el nuevo siglo me cambió pantallas por tus ojos, tus hermosos humanos ojos.